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Desde que 4T tomó el control en la adquisición de medicamentos, gobierno no ha podido garantizar abasto

El Gobierno federal desmanteló el modelo de compra y distribución de medicamentos y ahora ni con la ayuda de la ONU logra concretar las adquisiciones para acabar con el desabasto.

De acuerdo con el Colectivo Cero Desabasto, integrado por 47 organizaciones de pacientes, durante 2020 una de cada cuatro recetas de la Secretaría de Salud no fue surtida de manera efectiva, mientras que el indicador del IMSS cayó seis puntos porcentuales a pesar de que durante la pandemia se redujeron a la mitad las consultas por enfermedades no asociadas a Covid-19.

Desde marzo de 2019, cuando las Secretarías de Hacienda y de Salud tomaron el control de las adquisiciones y distribución que antes tenía el IMSS y una red de empresas privadas, el Gobierno federal no ha logrado garantizar el abasto de medicamentos en el País.

Ahora decidió  realizar las adquisiciones a través de la Oficina de Servicios para Proyectos de la ONU (UNOPS), pero ésta lleva más de tres meses sin poder concluir las compras consolidadas de medicamentos y material de curación del Gobierno mexicano.

Desde el 4 de diciembre, la UNOPS convocó a seis licitaciones para comprar mil 286 claves de medicamentos y 633 claves de materiales de curación para todo el sector salud, pero no ha emitido los fallos y sólo ha adjudicado directamente 36 contratos para medicamentos de patente y oncológicos.

Cuando el IMSS estaba a cargo de las licitaciones consolidadas anuales, los contratos usualmente quedaban firmados con las empresas proveedoras entre finales de noviembre y principios de enero.

En medio del retraso, el ISSSTE y Birmex han tenido que realizar compras de emergencia.

La paraestatal Birmex, por ejemplo, adquirió a finales de enero 3.5 millones de unidades de analgésicos y anticoagulantes necesarios para tratar a pacientes de Covid, por los que pagó casi 3 mil millones de pesos a empresas de Lituania, España y México.

En las licitaciones de UNOPS están participando proveedores habituales del Gobierno, incluso algunos inhabilitados que cuentan con amparos, como Psicofarma y Grupo Pisa.

Pero otro problema que se viene, una vez que se concreten los contratos y la entrega, será la distribución de las medicinas en todo el País.

FUENTE: REFORMA.COM

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