La Universidad Autónoma de Querétaro como institución educativa, es reconocida a nivel nacional entre los lugares 10 y 25 durante los últimos años en las mediciones del nivel educativo, lo cual la coloca en un lugar medio-alto en cuanto a calidad de sus estudios.
Sin embargo la UAQ por el tamaño de su matrícula, tiende a ser un nicho de control político, hasta ahora, controlado en sus últimas administraciones por perfiles de izquierda como son el ahora Senador Gilberto Herrera Ruiz y la Dra. Teresa García Gasca.
La matrícula estudiantil es muy diversa en cuanto a nivel socioeconómico, pero también en cuanto a formación previa al bachillerato y universidad. Esto sin duda lo convierte en un organismo social complejo, que no está exento de situaciones como el acoso estudiantil.
Las primeras denuncias sobre acoso en la UAQ, de las cuales hay registro que datan del 2017, cuando Gilberto Herrera era rector, expediente en el que se involucró al profesor Lutz Alexander Keferstein, a quien se acusó de violación.
Durante la ola internacional del movimiento “me too”, no tardaron en surgir más denuncias dentro de la UAQ en el 2018, cuando se presentaron movilizaciones físicas y en redes con el hashtag #yotambiénUAQ para hacer señalamientos de acoso y hostigamiento por parte de profesores.
Tal fue el caso del profesor Luis Manuel “N” a quien se acusó de violentador de mujeres y quien se desempeñaba como profesor en la Universidad, pero además era servidor público en la Fiscalía. Durante este movimiento participó incluso la hoy Rectora Teresa García Gasca, promoviendo conferencias y respaldando este movimiento.