El Pechocho es un Delfín de 33 años de vida que juega, se regodea y se entrega con desmesura al placer que le provocan las caricias de quienes lo visitan en la Ensenada del Bichi y es uno de los productos turísticos de Topolobampo.
La increíble historia del simpático delfín, un recorrido en lancha sobre las aguas del Mar de Cortés, las aves y la gastronomía del Maviri, formaron parte de la experiencia turística que la Secretaría de Turismo de Sinaloa, a cargo de Rosario Torres Noroega, ofreció este miércoles a representantes de la prensa nacional que se encuentran en la entidad para promover sus atractivos.
El Pechocho se ha convertido en un emblemático atractivo turístico y una importante fuente generadora de ingresos para los prestadores de servicios turísticos de Topolobampo.
Quienes lo conocen, detallan que habita en la Bahía de Topolobampo desde hace 33 años; otros dicen que pudiera ser mayor, pues tenía cuatro años de vida cuando lo descubrieron.
El Pechocho, aseguran, es huérfano pues su madre murió cuando el nació y desde entonces decidió quedarse a vivir en la Ensenada del Bichi, alejado de otros delfines que habitan el mar abierto.
El delfín da la impresión de tener alma de niño, hasta juega con un trozo de madera de algún árbol, que cuida y jamás lo pierde; los lancheros dicen que lo guarda y lo saca a flote cuántas veces quiere.
Para los prestadores de servicios turísticos de Topolobampo, El Pechocho se ha convertido en importante fuente generadora de ingresos, pues los viajes para conocerlo, no solo dan empleo a los miembros de la Federación de Cooperativas Turísticas de Topolobampo que cuenta con 36 lanchas, también algunos pescadores se han capacitado para ofrecer paseos guiados sobre la bahía.
El recorrido resulta fascinante, pues además de conocer al famoso delfín, mientras se avanza sobre el suave vaivén del mar, se disfruta el paisaje de zonas privilegiadas como la Isla de Bledos, el cerro de las aves y la Isla de Patos en dónde se reproducen 57 especies de aves, entre ellas: la Espátula rosada, el pato bobo de patas azules, la fregata, la garza blanca, paloma morada, tórtola aliblanca, tortolitos, cuervos, los cenzontles, el pájaro carpintero y la matraca del desierto.
El paradisíaco recorrido por la Bahía de Topolobampo, la gastronomía de la Isla del Maviri y la increíble historia de El Pechocho, – que por alguna razón que ni los biólogos han podido explicar, prefiere vivir en una pequeña dársena, alejado de los demás delfines-, provocaron una grata impresión en los representantes de medios nacionales.
En Topolobampo el grupo fue atendido por el Director de Turismo en la zona norte, José Domingo Vázquez Márquez y Roberto Gámez, jefe del departamento de Desarrollo Turístico de Sectur Sinaloa.
Después del recorrido los resturanteros del Maviri, se coordinaron y ofrecieron una comida con variados platillos a base de mariscos, a los reporteros de El Universal, Travel Reporte y Revista Confines.
Más de El Pechocho
El Pechocho prefiere la compañía de los humanos, a quienes diariamente espera en su hábitat por elección. Rodeado de mangle rojo, el delfín suele aparecer ante la gente que a bordo de la lanchas, llega a conocerlo, acariciarlo y decirle frases de cariño.
El delfín se deja querer, se acerca, y gira para quedar de cara al sol, mientras los visitantes le acarician el lomo.
FUENTE:LA-PRENSA.COM.MX