Paula Daniela Mata murió hace un mes y medio de leucemia. El 10 de junio le suspendieron una quimioterapia en el Hospital T1 del IMSS, en León, y el 18 no le pudieron hacer una transfusión de sangre. El personal se justificó diciendo que faltaban medicinas, que no había médico o personal de laboratorio. El 2 de julio falleció, sólo 23 días después.
Al cumplir 14 años, como toda adolescente, imaginaba un futuro feliz, era alegre y fuerte, unida a su hermana gemela, Jimena, le gustaba el canto, el baile, la pintura y ayudar a los demás, pero en abril de 2018, empezó a sentirse débil, con dolor de cabeza, cambió el color de su piel y le aparecían moretones en varias partes del cuerpo.
Al ser menor de edad ingresó a la Clínica 48 del IMSS en León, con especialidades en Pediatría. El diagnóstico de leucemia llegó pronto.
Durante nueve meses estuvo mal diagnosticada. “En la secundaria fue cuando dejó de caminar, se le hizo una tumoración en la columna y la internan; la operan y nos dicen que no era lupus sino leucemia“, detalla su madre.
Al comenzar con la quimio, la primera sí fue muy fuerte para ella, se le bajó la presión, entró en choque séptico, y duró 17 días en terapia y 14 días intubada. Me dijeron que en cualquier momento podía fallecer, que estaba grave“.
Después de esa intervención, la joven recibió atención y sus quimioterapias en la Clínica 48. Fueron dos años de tratamiento y todo parecía ir muy bien, se veía recuperada.
Durante ese tiempo, Pau se dio tiempo para pintar y para exponer su obra. Flor la recuerda como una persona alegre, contenta, a quien le gustaba pintar, dibujar en acuarela y que nunca decía que estaba enferma.
Su ilusión era estudiar turismo, o estudiar rehabilitación para ayudar a los viejitos, le encantaba ayudar a las personas adultas, estudiar para darles rehabilitación”, narró la madre.
Por su edad, el 9 de septiembre de 2019, Paula fue remitida a la Clínica T1. Asistía cada dos meses a revisión y su tratamiento iba sin problemas. Hasta el 10 de junio de 2020 cuando acudió por medicinas, le tocaban la Vincristina, Metotrexato y Doxorrubicina, pero de la primera no había, por lo que no le pudieron dar su quimioterapia.
Días después regresó y ya no la quisieron recibir argumentando que no había servicio de laboratorio. Tampoco le hicieron una transfusión de sangre. Además, su médico hematólogo, ya no la atendía porque enfermó, y la mandaban con doctores que no la revisaban.
“No sé si de atenderla se pudo haber salvado, la verdad no lo sé, tal vez sí, tal vez no, tal vez se retrasó y las células fueron atacando más su cuerpo, tal vez hubiera sido el mismo resultado, pero lo que sí es que no le dieron el servicio que requería”, afirma Flor.
La mujer intentó de todo para ayudarla: “Busqué otras alternativas, pero se me cerraron muchas puertas por el Covid“.
La salud de Pau se fue deteriorando, pasó por médicos privados y finalmente fue llevada al Seguro Social en Celaya. “Ahí la atendieron muy bien, hicieron todo lo humanamente posible por ella, pero ya iba muy mal, y me dijeron que podía fallecer“.
En ese hospital permaneció tres días y el 19 de junio Pau fue trasladada nuevamente a la Clínica T1; sin embargo, los doctores dijeron que “no había mucho que hacer”.
Tomé la decisión de llevarme a mi hija, que estuviera con su familia, ella (la doctora) le dio dos días de vida, eso fue el viernes (26 de junio) y mi hija falleció el jueves (2 de julio), gracias a Dios duró un poquito más, ya estaba muy invadida”, narró la madre
Tras la pérdida de su hija, Flor abrió en Facebook la página “Paula Mata”, con la que busca ayudar a las personas que sufren por la falta de medicamentos.
“Me siento con la obligación moral ya que mi hija me enseñó a ayudar a las personas”.
FUENTE: DEBATE.COM