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Prefiere la fama: Cuauhtémoc Blanco invirtió más recursos en publicidad que seguridad

El gobernador de Morelos con licencia, Cuauhtémoc Blanco Bravo, gastó mil 72 millones de pesos en comunicación, imagen y publicidad entre 2019 y 2024; es decir, 7.5 veces más que el presupuesto asignado a infraestructura de seguridad estatal en el mismo periodo, que fue de 142 millones pesos, informó la organización civil Morelos Rinde Cuentas.

Morelos cerró 2023 con un incremento de 25.1 por ciento en los casos de homicidio doloso respecto a 2022, pues los casos pasaron de mil 41 a mil 303.

El reporte de Morelos Rinde Cuenta detalla que la administración del exfutbolista destinó 142 millones de pesos para infraestructura de seguridad, mientras que para promover su imagen el gasto fue mayor.

El ahora candidato de Sigamos Haciendo Historia al Senado destacó que en Morelos existían muchos talentos, pero ante la falta de apoyo de los mismos gobiernos no habían podido alcanzar el éxito, es por esto que se comprometió a crear un Morelos deportista.

De acuerdo con Morelos Rinde Cuentas, durante la administración de Blanco Bravo el Gobierno invirtió en obras deportivas 208 millones de pesos, lo que equivale a 5.5 veces menos que en el rubro de comunicación social.

Mientras que en obras culturales y sitios históricos, el exfutbolista sólo devengó 116 millones de pesos.

En vías de comunicación, la inversión fue de 524 millones de pesos, cerca de la mitad de lo que Blanco Bravo invirtió en su comunicación social.

Aunado a esto a finales del año pasado la asociación Morelos Rinde Cuentas reveló que de los casi mil millones de pesos que Blanco bravo había gastado, hasta ese momento, en cuidar la imagen de su gobierno, 800 millones los ejerció por medio de la Coordinación de Comunicación Social y 180 millones mediante “trampas” a través de instituciones y organismos paraestatales o descentralizados, como Turismo Morelos y Fideicomiso Fondo Desarrollo Empresarial y Promoción de la Inversión.

El año pasado el Congreso de Morelos fijó un tope de gastos en Comunicación Social que no debe rebasar los 50 millones de pesos al año.

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