Por: Lorena Alcalá
San Carlos de Bariloche, de la provincia argentina de Río Negro, a orillas del lago Nahuel Huapi, es considerada una de las ciudades más bellas del mundo. Y ¿por qué no pensar en una Navidad diferente e ir a vivir y disfrutar de este lugar ubicado en una de las puntas más lejanas el mundo?
Sin duda, visitar Bariloche durante la temporada navideña es toda una experiencia, pues la ciudad parece sacada de una postal, desde cualquier punto de donde la veas. Es cierto que no encontraremos durante diciembre la nieve que se desearía (hay que recordar que en el hemisferio sur, las estaciones son diferentes a las del hemisferio norte) pero no por eso la Navidad se hace menos disfrutable.
Los bosques que rodean a Bariloche nos invitan a realizar largas caminatas disfrutando de su silencio y de su majestuosidad. Además, hay atractivos que sin duda nos harán sentir toda la temporada navideña en su esplendor como por ejemplo el gigantesco árbol de Navidad que se coloca en medio de la plaza del Centro Cívico; coros de la ciudad ya preparan sus gargantas para entonar los mejores villancicos y se planea también un desfile náutico.
Para las compras también hay un lugar muy especial, pues se realiza la Feria de la Navidad en el paseo de La Placita, en donde se puede encontrar creadores y productores locales que ofrecen los mejores regalos para esta temporada: juguetes, ropa, diseño, arte, decoración, cerámica y gastronomía. Todo aderezado con música en vivo de talento local. No hay mejor lugar para estar.
Y hablando de música, el evento cultural más antiguo de Bariloche son los conciertos de la Navidad Coral de los Niños y Jóvenes Cantores, asociación que desde hace poco más de 50 años presentan los conciertos navideños.
Los niños hacen su entrada triunfal con velas encendidas, que simbolizan el advenimiento de la luz del Niño Jesús,; posteriormente, el silencio se rompe con las voces de estos pequeños grandes artistas que entonan las canciones tradicionales de la temporada, no únicamente en español sino en otros idiomas también, con lo que llevan a los asistentes a un viaje música que enamora los sentidos.
Si se va a Bariloche hay algunas cosas que no puede perderse como turista: el Museo de la Patagonia, la Catedral con su estilo neo gótico y el Centro Cívico; el Cerro del Campanario y Circuito Chico se pueden visitar el mismo día; el Cerro Tronador y los Siete Lagos son algunas de las otras atracciones de este lugar hermoso.
Además puede acudir a una de las muchas tiendas de chocolates que hay en la ciudad: de todas las variedades, formas y sabores, con rellenos deliciosos de fruta y licor. Definitivamente no puede perdérselos, aunque rompa un poco con la dieta…pero, espere, está de vacaciones navideñas en Bariloche, ¿quién piensa en dietas?