Por: Lorena Alcalá
En su calidad de “ser superior”, -así, entre comillas, que quede claro: el hombre es capaz de infligir dolor y pena a muchos animales. Gatos, perros, pájaros, caballos, burros, fauna salvaje…hemos visto ejemplo de maltrato hacia cualquier tipo de animalito.
Pero sin lugar a dudas, los que más sufren son los que son cercanos a nosotros: los gatos y los perros. Estas especies, que conviven en el mayor número de hogares humanos, son –en muchas ocasiones- golpeados, ultrajados o simplemente abandonados.
Y he aquí que de la mano con el maltrato animal viene otro tema muy relevante: el rescate y la adopción.
En Querétaro hay un organismo de tipo gubernamental, la Unidad de Control Animal Municipal (UCAM) que se encarga de retirar a los animales que rondan en las calles, que han sido abandonados, están perdidos o han nacido de otros animales ferales.
Sin embargo, la situación de la UCAM no es nada alentadora. De acuerdo con cifras de algunas asociaciones protectoras de animales como APAQRO, en la Unidad de Control Animal se llegan a sacrificar de 800 a mil animales por mes, ya que no hay ni suficientes recursos ni espacio para mantenerlos a todos hasta que encuentren un hogar.
Y encontrar un hogar no siempre es fácil. La mayor parte de los perros que se rescatan en los albergues, ya sea particulares u oficiales son perros adultos; que en su mayoría han sufrido precisamente maltrato o violencia, por lo que su entrenamiento es doblemente complicado.
En ocasiones demuestran un miedo permanente hacia los seres humanos –sus maltratadores- o simplemente desconfianza. Algo que sólo se combate con amor, paciencia y tiempo.
Adoptar a un animal significa comprometerse con él. Primero saber si somos capaces de mantenerlo y cubrir todas sus necesidades y, muy importante, saber si es el perro ideal para nosotros.
Por ejemplo, si nuestro hogar es un departamento pequeño no sería conveniente adoptar a un perro de tamaño grande o gigante –digamos, con genes de gran dánes- porque se convertiría en un problema gigante. O si somos una familia de costumbres más bien sedentarias, no se acoplaría con nuestro estilo de vida un perro muy activo, digamos, algo parecido a un Beagle.
Digo parecido porque hay que estar conscientes de que al acercarnos a un albergue, casi nunca vamos a encontrar un perro de raza pura. Claro, hay sus raras excepciones; pero generalmente, los perros abandonados son mestizos, es decir, cruza de razas. Pero aún así, podemos determinar la predominancia de una raza y ver si sus características corresponden a lo que necesitamos como adoptantes.
¿Por qué es mejor adoptar que comprar? Porque al adoptar estamos dando hogar a un animal indefenso, estamos dándole una nueva oportunidad de vida; mientras que al comprar, lo único que estamos haciendo es beneficiar a las tiendas de mascotas o preservar la explotación de animales, pues en muchas ocasiones se usa a las perritas para tener camadas de cachorros que poner a la venta, sin importarles los tiempos de recuperación o el destino de los perritos.
¿Qué necesitamos para adoptar? En la mayoría de las ocasiones, sobre todo cuando son refugios serios, se nos pide una cuota de recuperación ya sea por la esterilización de los animales o para ayudar a la supervivencia de los propios albergues.
Hay que recordar que las asociaciones protectoras de animales o los refugios en su mayoría son de particulares y no tienen un ingreso fijo, por lo que sobreviven de donaciones o de dar algunos servicios, incluso de ventas de accesorios o alimento para mascotas.
No hay que molestarnos si nos piden esta cuota de recuperación, por el contrario, debemos darla con gusto sabiendo que la gran labor de rescate podrá continuar hacia otros seres indefensos.
Entre los requisitos que en ocasiones se nos piden para adoptar, (varían de acuerdo a la organización rescatadora) a veces también es presentar fotos de la casa donde vivirán los animalitos, para cerciorarse de que estarán en buenas manos y en las mejores condiciones.
Si está dentro de tus posibilidades el tener una mascota, recuerda “Adopta y no compres”. Adopta para rescatar a un animalito del abandono; adopta para encontrar a tu alma gemela; adopta para dar mucho amor; adopta para darle una nueva oportunidad de vida.