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Al no contar con una mayoría calificada en el Congreso de la Unión que le permita una aprobación fácil de sus iniciativas, el presidente Andrés Manuel López Obrador apuesta por dividir a la oposición, y para ello, apunta al partido político más proclive a sus intereses, de los que forman la alianza “Va por México”: el PRI, organización que le podría dar los votos que garanticen sus reformas constitucionales los próximos tres años, explican analistas políticos.

“Cuando eres gobierno, la misión política es dividir a la oposición o cooptarla, sin importar si eres de izquierda o derecha, ese es el manual para quienes no tienen mayoría que le permita aprobar por sí solo sus reformas”, explica Aldo Muñoz Armenta, académico de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).

Por eso se explican los “coqueteos” del presidente hacia el Revolucionario Institucional dos días después de la jornada electoral del 6 de junio en la que, si bien Morena y sus aliados lograron la mayoría en la Cámara de Diputados, no mantuvieron la mayoría calificada que le garantizaría que las tres iniciativas constitucionales que enviará el presidente en la segunda mitad de su sexenio sean aprobadas.

Para la 65 legislatura Morena se quedó con 201 diputados de mayoría relativa y de representación proporcional (40.2%); seguido por el PAN con 114 legisladores (22.8%); por el PRI con 71 (14.2%); el Verde Ecologista con 43 (8.6%); el PT con 33 (6.6%), Movimiento Ciudadano con 23 (4.6%) y PRD con 15 (3%).

Con sus aliados, PT y PVEM, Morena suma 277 legisladores que representan el 55.4%, es decir, tiene mayoría simple lo que les permite aprobar iniciativas sin necesidad de convencer a otras fuerzas políticas. Sin embargo cuando se trata de un cambio a la Constitución como lo será la reforma eléctrica, la electoral o para pasar a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional se requiere de la aprobación de dos terceras partes de los legisladores (334 votos).

Si la coalición conformada por Morena, PVEM y PT, suma los votos del PRI, alcanzarían los 348, es decir, podrían modificar la Constitución.

Para Javier Martín Reyes, académico en la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), es claro que el presidente está jugando a dividir a la oposición.

“El presidente sabe que sus reformas no van a prosperar si tiene una oposición unida por lo que tiene que hacer para que prosperen es dividir a la oposición. El presidente está jugando el juego que tiene que jugar, él sabe que necesita a parte de la oposición no solo para impulsar a la reforma eléctrica, sino las otras dos reformas que anunció: la reforma electoral y la de Guardia Nacional y parece que el eslabón más débil de la alianza es el PRI”, advierte.

La iniciativa de reforma eléctrica, la primera que envía el presidente López Obrador a la 65 legislatura ha hecho tambalearse a la coalición formada por PRI, PAN y PRD.

Mientras el PAN y el PRD manifestaron su rechazo a la iniciativa de reforma, el PRI planteó en un inicio la posibilidad de apoyar la reforma a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución que fortalezcan a la Comisión Federal de Electricidad frente a las empresas particulares.

En la Cámara de Diputados, el coordinador de la bancada de Acción Nacional, Jorge Romero, advirtió que si el PRI apoyaba la reforma eléctrica, se acaba la coalición opositora electoral y legislativa que suscribieron PRI, PAN y PRD el 8 de junio. Ante eso, la dirigencia del PRI se reunió con la de sus aliados y acordaron avanzar en bloque, pero el peligro sigue latente.

Para Reyes no se descarta que la alianza se pueda romper, lo que sorprende es que esa fractura se pueda dar tan rápido.

“Era previsible que el eslabón más débil iba a ser el PRI”, advirtió.

En los últimas semanas, el presidente se ha dirigido al PRI con el objetivo de conseguir el apoyo a su iniciativa aunque descartó que hubiese algún tipo de trato en lo oscuro.

“Los legisladores van a tener que resolver. No hace falta ningún acuerdo en lo oscurito, ni nada a cambio, ellos van a tener que decir por qué votaron en favor de una postura o de otra”, comentó en su conferencia de prensa el 8 de octubre. 

También llamó al tricolor a reivindicarse y aprovechar su oportunidad. O mantenía su apoyo a una política política privatizadora que impulsó Carlos Salinas de Gortari o a defendía los bienes de la nación como lo hicieron los expresidentes Lázaro Cárdenas y Adolfo López Mateos.

Para que el Revolucionario Institucional dé su apoyo y sus votos a la reforma eléctrica, se requiere que Morena o el presidente le ofrezcan algo a cambio, explica Múñoz Armenta.

“La oposición se coopta dándole algún tipo de prebenda. Ningún político y ningún partido se suma solo por afinidad ideológica, necesitan algo. ¿Qué se da a cambio? No lo sabemos, pero así funciona la política, se suman a los gobiernos por prebendas, la buena fe no existe”, destaca.

El analista político menciona que antes, el presidente López Obrador no estuvo preocupado por la oposición porque su partido tenía mayoría en el Legislativo, por lo que sus reformas constitucionales pudieron ser aprobadas.

Fisura en alianza repercutirá en 2024

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador también ha enviado otras señales que han sido interpretadas por la misma oposición como una intención de dividirlos.

Primero ofreció un cargo a uno de los exgobernadores del PRI. A Quirino Ordaz, exmandatario de Sinaloa, lo invitó a formar parte de su gobierno como embajador de México en España.

Esa invitación generó que el PRD afirmara que el presidente López Obrador quería pagarle al PRI haberle dejado ganar la elección en junio pasado. El líder del partido, Jesús Zambrano, incluso aseguró que el presidente buscaba fracturar la alianza PRI, PAN y PRD.

Para los analistas políticos, la oposición más que nunca está vulnerable y el presidente López Obrador está contribuyendo a su división.

Una oposición dividida, no solo ayudaría al presidente a que sus reformas sean aprobadas, también evitaría que hacia 2024 se concrete una alianza que sea competitiva frente a Morena.

“La única alternativa que tiene la oposición para poder ganar en el 2024 y sino se mantiene la alianza legislativa va a ser muy difícil que se puede concretar una alianza electoral en 2024. Entonces el reto que tiene la oposición es mantener el bloque por lo menos en las tres grandes reformas del presidente, sino lo logran, una alianza se va a dificultar rumbo a la elección presidencial”, señaló.

 

Fuente: Expansión Política

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