California es quizás una de las regiones a nivel global que sienten el impacto del cambio climático de manera más clara, con una temporada récord de incendios forestales que quemaron millones de hectáreas, causaron múltiples muertes y hasta tiñeron los cielos de un distópico color naranja.
En este contexto Gavin Newsom, el gobernador del territorio estadounidense -que también es por separado la quinta economía del mundo- firmó este miércoles una orden ejecutiva que prohibe a partir de 2035 la venta de autos motorizados por combustibles fósiles.
A partir de entonces, todos los autos nuevos deberán ser eléctricos o no generar emisiones de carbono (ser neutrales). Los fabricantes tendrán 10 años más para asegurarse que los vehículos de mayor envergadura cumplan también con esos requisitos.
“Por demasiadas décadas hemos permitido que los autos contaminen el aire que nuestros niños y familias respiran”, dijo Newsom en una declaración el miércoles. “Se merecen un auto que no le provoque asma a sus niños. Nuestros autos no deberían empeorar los incendios forestales y crear más días en los que el aire esté lleno de humo”, agregó.
La regulación no prohibirá el uso de autos motorizados por combustión interna producidos previo a esa fecha límite. Tampoco impedirá que los residentes compren autos fuera de la jurisdicción y los usen en ella.
La decisión podría generar que otros estados sigan sus pasos. Los lineamientos respectivos a las emisiones de carbono de California sirven como guía para otros 13 estados, así como el distrito de Columbia, donde se ubica Washington DC.
Newsom destacó los beneficios ambientales y económicos que generan los autos eléctricos. Puso como ejemplo principal a Tesla -la empresa de autos eléctricos de Elon Musk- que tiene una de sus plantas en el estado. También destacó que Ford, un histórico productor de autos a combustible fósil, haya comenzado a producir vehículos eléctricos.
“No están dispuestos a sufrir un futuro con aire y agua más contaminados, así como más disrupción climática”, dijo Newsom. No obstante, anticipó que espera encontrar resistencia de otros fabricantes.
Los países y empresas se encuentran bajo una creciente presión para avanzar con medidas destinadas a reducir las emisiones de carbono, considerando que la mayor cantidad y magnitud de los desastres naturales -huracanes, incendios, entre otros- están directamente vinculados al cambio climático.
En el caso de los incendios de California, distintos estudios han concluído que el aumento de la temperatura global hace que las plantas sean más inflamables y por ende más propensas a contribuir a los incendios. La peor sequía en 20 años -otra manifestación de las mayores temperaturas- no hace más que contribuir a que las condiciones generales sean críticas.
Los hechos tienen lugar a lo largo de los Estados Unidos. El mes pasado, el calor alcanzó 54,4 grados Celsius en el Valle de la Muerte, la temperatura más alta en la Tierra en casi un siglo.
Phoenix continúa alcanzando temperaturas récord y Colorado pasó de un calor de 32° C (90° F) a nieve esta semana. Siberia, famosa por su clima gélido, alcanzó los 37° C (100° F) hace unas semanas, acompañados por incendios forestales. Antes de eso, Australia y la Amazonía ardieron.
En medio de todo esto, el sistema de vientos en línea recta con fuerza de huracán conocido como “derecho” causó daños millonarios en Iowa y pasó casi inadvertido.
No obstante, expertos aseguran que probablemente miraremos hacia atrás y diremos que esos eran los días buenos, cuando los desastres no estaban tan desbocados. “Se va a poner mucho peor”, dijo el miércoles la climatóloga Kim Cobb, del Instituto de Tecnología de Georgia. “Lo digo con énfasis porque desafía la imaginación. Y saber eso es lo que asusta siendo una climatóloga en 2020”.
FUENTE: INFOBAE.COM