Martha Patricia Aguilar
“Sospecharán lo que pretendo: quisiera convertir este lugar en un lugar de peregrinación, en un lugar de gracia para nuestra casa y toda la Provincia alemana y quizás, más allá…”. Este era el plan audaz que el Padre José Kentenich, proponía a sus jóvenes educandos, el 18 de octubre de 1914, en el valle de Schönstatt, Alemania.
Los invitaba a trabajar para que transformaran la antigua capillita de San Miguel en un santuario mariano, que se encontraba abandonado, desmantelado y vacío. Hacía dos meses que había estallado la gran guerra europea, que después sería la Primera Guerra Mundial.
Desde entonces, las palabras del Padre Kentenich se han convertido en realidad, no sólo en Alemania, con el santuario original sino en diferentes países del mundo con cerca de 200 filiales: Paraguay, Australia, Estados Unidos, el Caribe, en Sudáfrica, India y, por supuesto, México.
El origen
En siglo XII, el arzobispo de Tréveris regaló un terreno a las monjas Agustinas para que lo ocuparan y lo calificó de “un hermoso lugar” (en alemán antiguo: eine schoene statt). De allí proviene el nombre de Schönstatt.
Cuatro siglos después, las monjas abandonaron el lugar y después el predio fue adquirido por los Padres Palotinos, a la cual pertenecía el padre José Kentenich, quien funda la congregación Mariana, del cual nació: el Movimiento de Schönstatt.
El corazón del Movimiento fue la capilla, que perteneció a las monjas agustinas y que llamaron “Santuario”, colocaron la imagen de la Virgen que el Padre Kentenich bautizó con el nombre de “Mater Ter Admirabilis”, Madre tres veces admirable por ser Madre de Dios, Madre del Redentor y Madre de los Redimidos, y también admirable por su fe, por su amor y por su esperanza.
Llega a Querétaro
En México, la historia de Alianza inició en 1973 cuando llegaron las primeras Hermanas de María a la ciudad de México. El primer santuario que se construye es en Querétaro y a partir de ahí se extiende por toda la República Mexicana.
El Santuario de la Virgen se encuentra en el municipio de Corregidora y es visitado por turistas nacionales y extranjeros, de hecho, la primera semana de febrero, junio y septiembre, son significativos pues asisten muchos grupos que provienen de diferentes lugares del país para renovar sus compromisos religiosos.