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Las enfermedades mentales serán uno de los mayores desafíos de esta pandemia. La creatividad y el ejercicio y aceptación de asumir nuevas dinámicas podrían aligerar la transición.

 

La omnipresencia del Covid-19 ha ocasionado que el mundo cambie. La lucha contra el enemigo invisible ha traido diferentes reacciones y el miedo ha acompañado al virus desde su llegada. El miedo es un mecanismo de supervivencia y ayuda a las personas a evitar riesgos, pero permanecer en un estado de ansiedad durante un tiempo prolongado puede incluso debilitar el sistema inmunitario. Se sabe que cuando las personas están sometidas a un estrés elevado existe una secreción excesiva de hormona cortisol que dificulta sopesar cuidadosamente los costos y beneficios de diferentes acciones: las personas luchan para distinguir las amenazas más bajas de las más altas.

 

ANSIEDAD EN TIEMPOS DE COVID

De acuerdo con un informe sobre políticas acerca del Covid-19 y la salud mental publicado por la OMS hace un par de semanas, el virus está poniendo de manifiesto la necesidad urgente de aumentar mayores recursos para brindar atención para la salud mental.

El costo de los problemas de salud mental en países desarrollados se estima entre el 3% y el 4% del Producto Interno Bruto, sin embargo la salud mental siempre ha sido discriminada, pero en esta nueva normalidad, el problema difícilmente podrá dejarse de lado.

Hasta que surja una vacuna o un tratamiento efectivo, no hay forma en que todas las personas salgan a la calle de manera segura. Es así que las medidas de higiene y distanciamiento permanecerán por un largo tiempo. Antes de colapsar ante el temor , el mundo poco a poco tendrá que acostumbrarse a mantener medidas de precaución y realizar los actos cotidianos a distancia, como asistir al médico o al trabajo, mientras que se tendrán que desarrollar estrategias más puntuales para fortalecer la educación en línea y compaginarla con la presencial.

Pero la creatividad será lo que nos permita lidiar con la ansiedad, encontrando formas más “amables ” y cercanas a la realidad para continuar nuestras rutinas sin que generen mayor impacto del que ya de por sí por el aislamiento, se ha estado padeciendo.

 

FUENTE: EL UNIVERSAL.

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