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El aspirante a la candidatura de Morena en Querétaro, Arturo Maximiliano García Pérez, está en una encrucijada derivado de que se ha topado con un sector que lo rechaza. Simple y llanamente no quieren que sea él quien abandere el estandarte de la cuarta transformación de cara a los próximos comicios.

 

¿Razones? La principal es que se trata de un exmilitante del PAN. Todavía hace menos de cinco años era cercano al actual candidato a Gobernador de Acción Nacional, de hecho fue su coordinador de campaña en 2018 y, dicen, que era el encargado de gestionar apoyos (por no decir que pasaba la charola). Ante eso, quienes lo promueven, han replicado con la herramienta con que cuenta Morena para dar apertura a candidatos ciudadanos que no sean necesariamente militantes.

 

Pero eso no es suficiente para lo se le oponen, por lo que han empleado un discurso basado en la elegibilidad a partir de lo que dicta el ahora famoso artículo 6 Bis de los estatutos de Morena. De tal forma que nos dimos a la tarea de googlear (nuevo “verbo”) y darle lectura a lo que señala el documento.

 

Artículo 6 Bis: «La trayectoria, los atributos ético políticos y la antigüedad en la lucha por causas sociales, con relación a lo establecido a los incisos a. al h. del artículo anterior serán vinculantes y valorados para quien aspire a ser candidato a un cargo interno o de elección popular.»

 

¿Y que nos dicen los «incisos a. al h. del artículo anterior»? Que los protagonistas del cambio verdadero (lo que sea que esto signifique) deben cumplir con responsabilidades, por ejemplo: combatir el régimen de corrupción, combatir toda forma de coacción en los procesos electorales, difundir los principales problemas nacionales a través de medios, defender en medios y redes sociales a dirigentes, aportar recursos de manera regular, apoyar la formación de comités, cumplir con responsabilidades políticas que dictan las asambleas y desempeñarse como digno integrante del partido.

 

A muy groso modo esos serían los requisitos que deben ser considerados por quienes dan el dedazo para las candidaturas. No conozco el historial partidario ni de activismo político de Arturo en Morena, pero casi estoy seguro que si este artículo se aplica con rigor, las aguas del río sonarían por otro lado pero definitivamente no a favor de Maximiliano.

 

¿Mario Delgado le hará de chivo los tamales a la militancia de Morena en Querétaro? Este hombre, y así lo ha dejado ver, es de gustos pragmáticos. Lo que señala el estatuto es letra muerta, tristemente para quienes creen en el «cambio verdadero».

 

Con la designación de Celia Maya dieron una patada por debajo de la mesa y con el inminente dedazo de Arturo Maximiliano lloverán botellazos y sombrerazos.

 

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