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A tres días del impacto del huracán Otis en Acapulco, la población se encuentra en una situación difícil que los ha llevado a incurrir en delitos con tal de conseguir suficiente comida para alimentar a sus familias, de forma que la rapiña y los saqueos se han convertido en parte del paisaje en la entidad.

Según da a conocer la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en los primeros reportes se informó que algunos de los empresarios en la entidad sufrieron pérdidas totales de sus negocios, no solo por los daños del huracán, sino por la rapiña de los ciudadanos.

Ante esta situación se solicitó la asistencia de las autoridades federales y estatales para frenar los actos de rapiña y hurto.

Según se ha reportado, al interior de Acapulco se ha registrado el robo a comercios e incluso se han llevado electrodomésticos y hasta se ha realizado saqueos en gasolineras, donde huachicoleros han extraído el combustible, con alrededor de 200 personas esperaban su turno para llenar garrafones y cubetas con el combustible mientras las autoridades únicamente se limitaban a verificar que no hubiera actos violentos.

En tanto, los elementos de la Unidad de Fuerzas Especiales en Chilpancingo se encuentran instalados en las carreteras que conectan con Acapulco y, según reporta Milenio, detienen a los autos y únicamente les permiten pasar artículos de primera necesidad.

“No podemos permitir que lleven vinos, cervezas, alcohol […] Todo artículo de primera necesidad está permitido, pero ya alcohol no lo necesitamos ahorita”, declaró el oficial.

Con información de Milenio.

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